Y OTRA VEZ CRISTINA MANDÓ A MILITAR
Por Félix González Bonorino
El verbo y el sustantivo se enfrentan. Chocan fuertemente y más aun dentro del peronismo o a partir del peronismo, “General”.
Los contrastes son evidentes y sin embargo los usamos a diario sin confusión aparente. Así y todo, tiene que salir la principal dirigente del campo peronista para arrancar al oyente de cierta ambigüedad operativa.
Hago aquí un pequeño paréntesis. La derecha internacional, cosmopolita, destructora tanto de las sociedades como de la naturaleza, promotora del bienestar individual sobre el colectivo, impulsora de la falsa meritocracia plutocrática, basada en el dinero, por sobre los valores cristianos de amor y empatía, aquellos que tan bien se resumen con “la Patria es el otro”, esa derecha en su versión vernácula, de cabotaje, aunque no estúpida, logró instalar el concepto de Populista para reemplazar a Peronista. Implantó en los chips de la militancia, de buena parte de ella, cierto pecado original del peronismo en el devenir de la patria, acusándolo de haber provocado nuestro retraso relativo en economía, ocultando Derechos a raudales que instauró el Justicialismo. Abrió una ventana para que por allí saliera la Doctrina Justicialista, sólida y compacta, para dejar entrar cierta Social Democracia derrotada o derrotable. Pretende fosilificar al peronismo, hacerlo un fósil, inerte. Donde cada molécula de vida ha sido reemplazada por elementos inorgánicos, copiando las apariencias, como los anillos de los troncos petrificados, pero sin vida. Debemos decir, en un análisis más profundo, que aprovechó el ingreso de militantes de origen “extra peronista”, en general de izquierdas moderadas, para impulsar este cambio. Pero el peronismo es peronismo. No es izquierda, no es derecha, conceptos bastante arruinados, por cierto. Entonces cuando quiera hablar de peronismo, simplemente lo haré por su nombre. Por el bien del mensaje.
Volvamos a la cierta ambigüedad operativa que viene a sacudir CFK.
Confundir el qué hacer con el qué ser. ¿Es posible? Y, uno siempre está atrapado por la dinámica de lo impensado. Pero pongámonos de acuerdo, uno NO puede militar y ser militar. Son cosas de naturaleza diferente, no solo por la triste historia reciente de las FFAA en AMLAT, sino simplemente porque lo son.
A ver, el militar forma parte de una organización jerárquica estructurada para el mando y la obediencia. Pero militar está lejos de ese tipo de organizaciones. Se discuten principios, planes, ideas, conductas y si bien existe cierta jerarquía, ésta puede ser cuestionada o ratificada a diario. Un militar no discute una orden, pero militar es discutir órdenes con el objetivo de ser mejores cada día.
Cuando Cristina nos manda a Militar, nos dice que dejemos de ser militares para ser militantes. Dejemos de esperar la orden jerárquica y “Saquemos el bastón de mariscal”, otro modelo de militar, y vayamos adelante con nuestras convicciones.
Y aquí volvemos a la cuestión del Populismo frente al peronismo, al Justicialismo. El Justicialismo tiene la Doctrina, es decir el conjunto de ideas, enseñanzas o principios básicos defendidos por un movimiento ideológico o político y no el conjunto de movimientos “sacha” Nacionales y Populares. La unidad de concepción está en el primero, no en el segundo, lo otro solo busca debilitar.
Ahora toca contar otra cosa, la Doctrina Justicialista entiende a la política como aquella encarnada en el Movimiento Nacional Justicialista, del que el Partido Justicialista es solo un instrumento electoral. Esto es pertinente porque en la Argentina y en Salta entonces, existe una disociación entre uno y otro. Cooptación del instrumento por las plutocracias locales, las oligarquías, en general terratenientes, que se mimetizan en peronismo, en pejotismo.
Cuando el PJ se erige en líder del movimiento revierte el orden establecido y el PJ pasa a defender lo que el Movimiento identifica como su enemigo principal, a los poderosos frente a los trabajadores.
Cristina habló en Avellaneda y convocó a militar, al verbo. Y como dice el Evangelio según San Juan, Génesis v 1.1: “En el principio era el Verbo” y ¡el verbo es acción, carajo!