Nicolás Trotta: «Rosenkrantz se equivoca porque la solidaridad es lo que nos permite ser sociedades mejores».
«Rosenkrantz se equivoca porque la solidaridad y la mirada colectiva es lo que nos permite ser sociedades mejores y el rol de la justicia y la Corte, entre otros, es garantizar que el Estado permita un camino para ampliar derechos en nuestra sociedad», dijo Trotta a Télam en la presentación del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), nuevo espacio de pensamiento cercano al FdT.
Así opinó sobre las declaraciones del juez de la Corte, quien consideró que «no puede haber un derecho detrás de cada necesidad porque no hay suficientes recursos para satisfacer todas las necesidades».
«A menos que restrinjamos lo que entendemos por necesidad o entendamos por derecho a las aspiraciones que no son jurídicamente ejecutables», señaló el magistrado en la Universidad de Chile.
Trotta respondió que donde existe una necesidad «surge la obligación del Estado en garantizar la mayor cantidad de herramientas», dado que «no todos partimos de la misma línea» en tanto «el futuro de un niño o niña es la cuna donde nace y eso como sociedad es imperdonable».
«Muchos hablan de la meritocracia. El mérito y esfuerzo es algo elemental para el progreso social pero al no partir todos de la misma línea estamos en condiciones diversas», agregó.
Sobre la agenda educativa, señaló que demanda consensos y diálogos con todos los actores del sistema educativo y que «hay que priorizar la inversión pública».
«El gobierno de Alberto Fernández está experimentando la recuperación educativa después de una caída muy fuerte entre 2015 y 2019», consideró Trotta y advirtió que en el caso de la Ciudad de Buenos Aires «es fundamental que vuelva a recobrar el protagonismo que tenía en el presupuesto de CABA, porque en términos comparativos, va perdiendo de forma constante del presupuesto total de la agenda educativa».
Advirtió sobre el «fuerte impacto educativo de la pandemia en Argentina y el mundo» y agregó que «a nivel global el principal condicionante para los niños, niñas y adolescentes es la desigualdad». Destacó que «hace falta profundizar la inversión educativa y una política particular para el abordaje del impacto de la pandemia en los aprendizajes».
Agregó que al momento de evaluar aprendizajes debe considerarse además «el proceso de la educación obligatoria en nuestro país donde los indicadores muestran retrocesos en los últimos años» causados por «la desinversión, el crecimiento de la desigualdad y la falta de articulación de políticas a lo largo del tiempo».
«Si uno ve los cuatro años de gestión de (Mauricio) Macri y en particular en CABA, el conflicto fue característico por la ausencia de diálogo con los actores educativos y la reducción de la inversión educativa. Ahí, junto con la desigualdad creciente, radica el principal problema», analizó.
«Es importante lo que ocurre en las cocinas de nuestros hogares porque un niño con hambre no aprende lo mismo que un niño de sectores medios. Si no reducimos la desigualdad no vamos a mejorar los indicadores educativos», concluyó.