Mañana empieza el juicio del sacerdote Rosa Torino acusado de abuso sexual
El juicio oral y público por la causa que se sigue contra el sacerdote Rubén Agustín Rosa Torino, acusado de abuso sexual gravemente ultrajante en perjuicio de dos víctimas, comenzará mañana y se extenderá por lo menos hasta el 8 de julio, informaron hoy fuentes judiciales.
El proceso contra el sacerdote, quien había fundado en Salta el Instituto de los Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, comenzará mañana, a las 13, en la Sala IV del Tribunal de Juicio, integrada por los jueces Maximiliano Troyano, como presidente; y Norma Vera y Roberto Lezcano, como vocales.
Rosa Torino está acusado por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración y por ser ministro de culto reconocido, en perjuicio de F.F.G., y abuso sexual simple agravado por ser el autor ministro de culto en perjuicio de A.E.A., indicaron los voceros.
Por el Ministerio Público intervendrá en el juicio la fiscal Verónica Simesen de Bielke, mientras que la defensa de Rosa Torino estará en manos de los abogados Humberto Oliver y Fabio Núñez.
Los voceros indicaron que, para permitir el seguimiento de las principales instancias del juicio, se transmitirá en vivo el inicio del debate, hasta la lectura de la requisitoria fiscal, a través del canal institucional del Poder Judicial de Salta en Youtube.
Luego, se hará lo propio el día de la audiencia final, con la lectura del veredicto.
El ingreso de periodistas a la sala será en los términos del artículo 448 del Código Procesal Penal y siguiendo los criterios de capacidad permitida en el recinto en el marco de la emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19, detallaron las fuentes.
El debate se desarrollará mañana y el 28 de junio, a las 13, en el Salón de Grandes Juicios del Poder Judicial de Salta, y a partir del 29 de junio y hasta el 7 de julio, la audiencia comenzará a las 8, en el salón de la Escuela de la Magistratura.
El 8 de julio, que es el día previsto para la lectura del veredicto, el escenario volverá a ser el Salón de Grandes Juicios.
En julio de 2019, las fiscalas penales Verónica Simesen de Bielke y Cecilia Flores Toranzos reformularon el requerimiento de remisión de la causa a juicio, y el pedido fue firmado por el procurador general de la Provincia de Salta, Abel Cornejo.
Simesen de Bielke y Flores Toranzos reformularon la acusación a partir de la resolución del 25 de junio de ese año, cuando el juez de la Sala IV del Tribunal de Impugnación, Adolfo Figueroa, declaró nulo el requerimiento de la causa a juicio.
En el nuevo pedido, las fiscales dejaron constancia de que no comparten los fundamentos del vocal del Tribunal y precisaron, a través de 54 páginas, cómo se inició la causa; las declaraciones testimoniales de las víctimas y testigos; y las razones por las que se atribuyó al imputado la comisión de los hechos.
Entre los elementos probatorios detallados, se encuentran los resultados de las inspecciones oculares realizadas sobre los inmuebles donde habrían ocurrido los hechos, con planimetría y tomas fotográficas; pericias sobre teléfonos celulares, un pendrive y DVD.
Del requerimiento se desprendió, entre otros puntos, que de la investigación “surge con claridad meridiana” que el imputado, valiéndose de su condición de “fundador y director” del Instituto de los Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, “guía espiritual” de la comunidad religiosa y aprovechando tal condición, “desplegó conductas deshonestas en claro menoscabo de la libertad sexual de las víctimas”.
Las funcionarias precisaron que dichas conductas afectaron la dignidad humana de las víctimas “al producir sufrimientos y humillaciones tanto por la intensidad de su duración como por la repetición de tales conductas vejatorias, que dejaron huellas indelebles en sus psiquis”.
El pedido agrega que de la causa “surge el temor fundado que todas y cada una de las víctimas sufrió hasta poder llegar a denunciarlo pues, tal como lo manifestaron, jamás podrían expresar tales situaciones, porque inmediatamente eran humillados en público o gritados o insultados”.
Según consta en un informe del Arzobispado de Salta, “Rosa Torino fue ordenado sacerdote para la Arquidiócesis de Salta el 21 de noviembre de 1985 y estuvo incardinado en esa Iglesia particular hasta la fecha de la aprobación del Instituto de los Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, en 2009.
“A partir de ese momento, fecha dejó de estar incardinado en Salta y pertenece a ese instituto”, finaliza el informe.
Según las denuncias, los hechos investigados ocurrieron entre 2009 y 2012, en el ámbito de este instituto, que funcionaba en la capital salteña y que en octubre de 2015 fue intervenido por decisión del Vaticano, que también desplazó a Rosa de su cargo.
En junio de 2019, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica decidió cerrar este Instituto religioso de derecho diocesano.