Desde cómo está constituida la colmena a por qué es mejor una miel sin refinar, Priscila Abarca y Lautaro Araya le fueron explicando a cada una de las personas que se fue acercando todo lo que sabían, con amabilidad y dedicación. Incluso gracias a sus palabras y encanto convencían a más de uno de llevarse una de las mieles producidas por los alumnos de la escuela.Lautaro explicó que ellos mismos cuidan en primer año los panales y fue en ese contacto donde descubrió su pasión por todo lo que tiene que ver con el campo, manifestando que espera con ansias llegar al año en el que tiene que elegir una orientación. Por su parte Priscila aseguró que, si bien el mundo de la apicultura le gusta, siente mayor fascinación por lo que es la producción de aceite de oliva y todo ese universo.
Ambos generaban admiración entre quienes pasaban y no podían continuar sus marchas al escucharlos explicar una y otra vez el paso a paso sobre cómo llega la miel al consumidor final. Sin duda jóvenes portadores de un espíritu entusiasta que contagia.
Fuente: www.tiempodesanjuan.com