Inicio la » Gran Gira «, Juan Carlos Saravia, embajador turístico y cultural de la Provincia de Salta.
Puro Salteño!!!

Quienes tuvieron la suerte de compartir un espacio con él, guardarán por siempre el recuerdo de su «chispa», que mantenía encendida a pesar de las ocho décadas y pico que lo acompañaban.
Supo liderar desde el 1947, los caminos de los Chalchaleros, presentaciones en cuanto país se les cruzaba por su agenda, siempre dispuesto, siempre profesional, ayer subió a reencontrase con sus amores arrebatados, con sus colegas de cantos y cuerda, partió, pero dejo aquí una huella imborrable.
Recuerdan aún cuando estuvo presente en la 2° Edición de los Premios Padre E. Martearena, El, solo iba para rendirle un reconocimiento al Popular Lobito, jugador de futbol de clubes salteños, cuando y sin que lo supiera, se superpusieron en el escenario las voces del Grupo Guitarreros.

Lo invitaron temerosos para «hacer un temita «. Todo se fue de rutina, varios temitas fueron los que se escucharon, el público, atinó a ponerse de pie, aplauso cerrado, para un grande mezclado con la humildad y el profesionalismo, extendiéndole la mano a un grupo, que supo llegar hasta hoy.
¡Juan Carlos Saravia, una marca registrada, puramente Salteña!!
Inicios
En la primavera de 1947, dos dúos se presentaron en Salta en un mismo recinto, uno conformado por Víctor José Zambrano (Cocho) y Carlos Franco-Sosa (Pelusa); el otro lo integraban Aldo Saravia (el Chivo) y su primo Juan Carlos Saravia (el Gordo). Tras la actuación, decidieron juntarse y formar un cuarteto. Así nacieron Los Chalchaleros.
Después de meses de ensayos, su debut se produjo el 16 de junio de 1948, en el Teatro Alberdi de Salta. La primera canción cantada en público fue «Zamba del grillo».
Los Chalchaleros comenzaron a hacerse populares en su provincia natal con su primer gran éxito Lloraré. Pronto también incorporarían a su repertorio temas que se volverían clásicos como El cocherito, El arriero, La López Pereyra, la Zamba de Vargas y Yo vendo unos ojos negros.
En 1949, Aldo Saravia dejó el grupo ―consiguió trabajo como bancario― y fue reemplazado por José Antonio Saravia Toledo (que no era pariente ni de Aldo ni de Juan Carlos).
Al año siguiente, Carlos Franco-Sosa viaja a Córdoba para estudiar Arquitectura, siendo reemplazado por Ricardo Federico Dávalos (Dicky).
El crecimiento
En 1953, el rionegrino Ernesto Cabeza ingresó en lugar de Saravia Toledo, quien se dedicaría a la abogacía. Cabeza le daría a Los Chalchaleros un rasgo distintivo, como compositor de éxitos (La nochera) y lo que sería llamado guitarra chalchalera, con un estilo y una armonía que marcaría escuela en los conjuntos folclóricos.
A partir de ese año empezaron a grabar temas que más tarde aparecerían recopilados.
En 1956, otro de los fundadores del grupo Víctor Zambrano, dejó el conjunto que ya empezaba a hacer giras. Su lugar sería ocupado por un viejo conocido, Aldo Saravia, quien abandonó su puesto de bancario y volvió al grupo, tras 7 años de ausencia.
Los Chalchaleros seguían sumando éxitos, pero en 1961 Aldo Saravia falleció en un accidente de tránsito. Para reemplazarlo reingresó Zambrano, quien había dejado el grupo 5 años antes.1
En la década de 1960, suman discos como «¡Adentro!», «For export», «Recordando Zambas con Los Chalchaleros» y «Nuestro Folklore en Hollywood» (disco donde sale su versión de Zamba de mi esperanza).
La consagración
En 1966, Zambrano vuelve a dejar el grupo y en su lugar entra Eduardo «Polo» Román, quien debuta en enero de 1966 en el disco «En esta zamba ausente». En 1967, tras 16 años, Dicky Dávalos también se va del grupo, dando lugar al chaqueño Francisco «Pancho» Figueroa, quien debuta en «Los Chalchaleros por el mundo». La formación quedaría entonces con Juan Carlos Saravia, Ernesto Cabeza, Polo Román y Pancho Figueroa, siendo los ganadores del Festival de Cosquín, en 1968.
Los años setenta los encontró ampliando su repertorio con chamamés (Merceditas) o al usar dos bombos para una canción (Zamba del regreso). Los Chalchaleros eran un éxito nacional e internacional.
En 1980, Los Chalchaleros sufrieron otro tremendo golpe, cuando falleció el cerebro musical del grupo, Ernesto Cabeza, a causa de un cáncer de esófago. Juan Carlos Saravia, el único fundador que seguía en el grupo, decidió no reemplazarlo y durante tres años actuaron como trío.
Última etapa
En 1983, Los Chalchaleros volvieron a ser un cuarteto: Ernesto Cabeza, antes de morir, había señalado a Facundo Saravia, hijo de Juan Carlos, quien tocaba en un grupo llamado Los Zorzales, como su sucesor. Entonces se decidió incorporarlo.
En 1986, terminan su contrato con RCA Víctor (que había cambiado su nombre sólo a RCA), discográfica que los editó durante casi 40 años. En 1987 firman su contrato con Microfón.
En 1988 se cumplieron 40 años del conjunto. Para celebrarlos, estuvieron en concierto en el Teatro Colón. En 1991 cierran su contrato con Microfón y pasan a DBN (Distribuidora Belgrano Norte), con la que grabaron sus últimos álbumes.
Durante 1995 y 1996 participaron en 2 ocasiones en el programa de humor Cha Cha Cha de Alfredo Casero acompañando a Juan Carlos Batman.
Para el cincuentenario, en 1998, la DBN estrenó 5 álbumes con las canciones más importantes del conjunto y, por otro lado, Los Chalchaleros realizaron una serie de recitales en Buenos Aires.
En el 2000, Los Chalchaleros graban su último álbum en estudio, titulado «Todos somos Chalchaleros», dónde cantaban junto a grandes figuras argentinas e internacionales, como Les Luthiers, Eduardo Falú, Joan Manuel Serrat, el Dúo Coplanacu, entre otros. Se trató de un álbum doble y las canciones incluidas en el disco 2 pertenecen en su mayoría al disco «Recordando zambas con Los Chalchaleros».
En 2001, Los Chalchaleros preparan su despedida. Comenzaron en Buenos Aires y terminaron en el Estadio Delmi, de Salta, en la velada conocida como «La Noche Final», donde estuvieron como invitados el Chaqueño Palavecino, Los Nocheros, Juan Carlos Baglietto, entre otros. De esta manera, Los Chalchaleros cerraban su trayectoria, el 16 de junio de 2002, 54 años después de su creación.
Herencia
A lo largo de su carrera, Los Chalchaleros editaron cerca de 50 álbumes, popularizando estilos folclóricos argentinos como la zamba, la cueca, la chacarera, el gato o el chamamé. Son considerados exponentes de la música argentina a nivel mundial. Su despedida de los escenarios fue un periplo de conciertos por todo el país y el mundo inolvidable para los que tuvieron oportunidad de presenciarlo.2
Origen del nombre
El nombre «chalchalero» proviene de la denominación que en el norte argentino se da al zorzal, pájaro que se alimenta del chalchal, arbusto nativo de esa región. Por extensión, en el lenguaje popular se denomina «chalchalero» al sujeto vanidoso, que emula la actitud de esta ave, de porte erguido y pecho pronunciado. De igual manera, se usa el mismo modismo en esa región de Argentina, para denominar algo falso, que pretende ser lo que no es. Los integrantes de este famoso grupo folclórico, confiesan que escogieron este nombre, porque en aquel entonces no se sentían verdaderos expertos en las artes musicales.
A su vez, una especie de roedores fue bautizada en honor al grupo. Se trata de Salinoctomys loschalchalerosorum (algo así como ‘chinchilla de Los Chalchaleros’), de la familia de los Octodontidae, y descubierta en la provincia de La Rioja. El investigador que la nombró, Michael A. Mares de la Universidad de Oklahoma en Norman, Estados Unidos, sostiene que lo hizo tras treinta años de escuchar a sus colaboradores del trabajo de campo cantar las canciones de dicho conjunto.
En reconocimiento a su trayectoria y permanente presencia en el ámbito cultural, tanto de la Provincia, como del resto del país.
El acto se realizó en el marco de la entrega de premios “Fundación Padre Martearena”, que se llevó a cabo este lunes en la Casa de la Cultura.
Juan Carlos Saravia fue invitado para entregar un premio, sin imaginar que él también iba a recibir el reconocimiento. En ese momento fue invitado al escenario, donde el ministro Posadas le hizo entrega de una plaqueta recordatoria, declarándolo embajador turístico y cultural de la Provincia.
“Muchísimas gracias por esta distinción maravillosa”, expresó Saravia, al tiempo que recordó sus comienzos en Los Chalchaleros y destacó el amor y agradecimiento “a sus pagos salteños”.
Luego fue invitado por el conjunto de jóvenes cantores Los Guitarreros para acompañarlos en una “zambita”. Saravia no pudo negarse a la invitación y terminaron cantando la conocida zamba “La cerrillana”, que puso de pie al público para ovacionarlo.
Juan Carlos Saravia, hombre y artista de gran valía, posee una inefable simpatía y agradable discurso. Si bien su vida como cantor concluye con la despedida de los escenarios del conjunto Los Chalchaleros, no ha dejado de ser una figura pública, y es común verlo en programas de televisión o presentarse en emisoras de radio, siempre con sus interesantes y anecdóticos relatos.