FMI Y LA QUERELLA CRIMINAL
El 1º de marzo ante la Asamblea Legislativa, el Presidente de la Nación, Dr. Alberto Fernández, le anunció al pueblo argentino:
«He pedido que se inicie una querella criminal tendiente a determinar quiénes han sido los autores y partícipes de la mayor administración fraudulenta y malversación de caudales que nuestra memoria recuerda».
Una buena parte de los argentines lo estaba esperando. Se trata de un compromiso de primera magnitud. Un presidente de una nación soberana se comprometía a investigar a quienes habían tomado una deuda gigantesca en tiempo récord y a tasas y plazos imposibles de pagar con un organismo internacional controlado por la principal potencia hemisférica.
Los mandatarios del FMI ya habían declarado que este préstamo al entonces presidente Ing. Mauricio Macri fue para que eluda la derrota electoral, cosa que tampoco pudo cumplir. Ya se sabía que no se habían cumplido con las normas nacionales para este tipo de empréstito. Ni siquiera se habían cumplido los trámites administrativos internos de los organismos nacionales, Ministerio de Economía o Banco Central de la República Argentina. Mucho menos se había buscado la aprobación del Congreso de la Nación. ¡Todo mal, bah!
Luego se fueron conociendo otras fallas e incluso el ex presidente se encargó de auto incriminarse en declaraciones televisivas.
Pero la “querella no aparece”.
Estamos esperando ansiosos que este asunto se inicie porque entendemos que no hay dudas de los errores procesales que derivan en criminales y que, siempre dentro de la presunción de inocencia que le cabe, se podría tal vez conocer, finalmente, el “modus operandi” que cada tanto nos sumerge en el atraso del ciclo ajuste-expansión-ajuste.
Pero, siempre hay un pero, existe un problema suplementario. La posible responsabilidad penal del ex presidente y sus socios implicaría, por cómo es la normativa del organismo internacional, la participación necesaria en el crimen de la plana mayor del FMI.
Miren, para prestarte U$S 1.000 a un campesino chaqueño, por dar un ejemplo, los organismos internacionales le piden al beneficiario su título registral de la tierra, la vacuna contra la viruela y el talle de sus ojotas. Y por U$S 57 mil millones ¿no le pidieron ni el documento? ¿Y a esta inconsistencia la tenemos que pagar entre todos?
Es probable que esta querella criminal “suene, retumbe” en los papeles del nuevo acuerdo con el FMI. Podrían pretender cambiar el informe interno que están haciendo en el FMI por la interrupción de la querella. Podría llegar a ser un condicionante para la firma del acuerdo. Pero, siempre hay un pero, ¿si existiera, puede aceptarse esta extorsión?
Tal vez, cómo dicen algunos, habría que recurrir a alguna corte internacional para dilucidar si el FMI está involucrado en algún acto criminal.
Mientras tanto el pueblo de la Nación Argentina aguarda, por ahora estoico, la Querella Criminal prometida. Porque hablando del FMI, hasta “lo prometido es deuda”.