Doctor Ramiro Daniel Adra

¿Qué lleva a una persona a realizar una denuncia falsa por violencia de género? 

Es crucial aclarar desde el principio: no estamos negando la existencia de la violencia contra la mujer, un flagelo que necesita atención y justicia. Lo que preocupa es el mal uso del sistema, cuando se aprovecha para deslegitimar una lucha noble. Las falsas denuncias no solo afectan a las personas involucradas, sino también a la credibilidad de un sistema pensado para proteger a quienes realmente lo necesitan. No está de más aclarar que genera un dispendio de recursos que podrían ser utilizados en casos que realmente merezcan la atención del estado.

Las denuncias falsas son una problemática que parece crecer y ocurren por varias razones. En primer lugar, la impunidad: si bien la ley establece sanciones para quienes denuncian falsamente, en la práctica no se observan condenas en estos casos (sumado a que la pena es extremadamente baja). Esto crea un escenario donde, al evaluar costos y beneficios, prevalece la sensación de que denunciar falsamente no conlleva casi consecuencia alguna.

Otro factor relevante es la presunción de credibilidad. Se suele tomar como cierto el relato de quien se presenta como víctima sin una sentencia que lo confirme. Además, se elaboran informes por parte de organismos que colaboran con la fiscalía, los cuales, en base al relato, califican la verosimilitud de los hechos y, en algunos casos, evalúan el riesgo para la denunciante. Estos informes muchas veces son suficientes para el avance del proceso, y hasta en algunos casos, para justificar una condena.

El marco normativo también juega un rol importante. La Ley 26.485, la cual efectiviza varios tratados que protegen a las mujeres, y la Convención de Belem do Pará imponen a los estados la obligación de actuar de inmediato ante cualquier denuncia de violencia de género, priorizando la protección de la mujer. Si bien esta protección es esencial, cuando se utiliza indebidamente, puede generar un desequilibrio en el principio de justicia,

afectando derechos fundamentales como la presunción de inocencia e invirtiendo la carga de la prueba, convirtiendo en un verdadero calvario la vida de una persona inocente.

Así, se han multiplicado las denuncias en las que el objetivo es obtener una ventaja en procesos judiciales, ya sea para ganar la custodia de los hijos, obtener compensaciones económicas indebidas, o simplemente por celos o venganza.

Ya hace algunos años, el Observatorio de Falsas Denuncias, registró que en 276 casos de 430 (64%), el denunciado tenía pruebas para demostrar la falsedad de la denuncia. Esto fue analizado entre septiembre de 2021 y el 27 de julio del año 2022. Por lo que no estamos ante un problema minúsculo o excepcional como se intenta decir muchas veces.

¿Qué hacer si sos denunciado falsamente?

 Es mejor prevenir que lamentar. Si notas comportamientos preocupantes en tu pareja — como amenazas con denunciarte, violencia verbal, o incluso acciones como rayar tu auto por celos—, es vital que registres estos hechos. Mensajes, grabaciones de llamadas o conversaciones pueden marcar la diferencia entre una defensa sólida y un proceso judicial más complicado.

Si ya fuiste denunciado y no tomaste medidas preventivas, lo más recomendable es seguir el consejo de tu abogado. En muchos casos, es mejor no declarar, pero si decidís hacerlo, evita descalificaciones o insultos hacia la denunciante. Mantené una postura neutral y centrada en los hechos.

Además, si se impone una orden de restricción, es fundamental que respetes todas sus disposiciones. Cualquier tipo de contacto, ya sea por redes sociales o a través de terceros, podría empeorar tu situación.

Reflexión final:

 La violencia de género es una realidad que no podemos ignorar. Proteger a las víctimas debe seguir siendo una prioridad. Sin embargo, es igualmente necesario abordar los casos en los que el sistema se utiliza con fines fraudulentos, ya que estas acciones no solo dañan a los

individuos directamente involucrados, sino también a la causa en su conjunto. Se tiene que buscar un equilibrio que proteja a quienes realmente lo necesitan, sin dejar de lado las garantías básicas de justicia para todas las personas.

Ramiro Daniel Adra

Matrícula de Provincia de Mendoza N°: 12028 Matrícula Federal: T°150 F°146.