Endeudamiento récord: un tercio de la población ya debe más de lo que gana en tres meses
Los hogares argentinos se endeudan, pero cada vez lo hacen menos para algún tipo de inversión a largo plazo, como un viaje o una compra de mayor magnitud. En otras palabras, crece el endeudamiento para financiar gastos corrientes. En el caso puntual de bancos y entidades financieras un informe privado puso claridad a la situación: un tercio de las y los argentinos está endeudado y el promedio de los montos asciende a $3,7 millones por persona, esto quiere decir que para llegar a saldar esa deuda necesitarían contar con alrededor de 3 salarios del sector privado registrado (el ingreso más alto en la economía).
Diferentes investigaciones vienen alertando sobre esta problemática que, si bien no es nueva, tomó dimensiones considerables en este último tiempo. De hecho, se estima que más de la mitad de los hogares endeudados destina entre el 40% y el 60% o más de sus ingresos mensuales al pago de esas deudas. En relación, según los datos oficiales difundidos esta semana, para no ser pobre, una familia necesitó más de un millón de pesos: el costo de la Canasta Básica Total (CBT) para una familia tipo de cuatro integrantes, alcanzó en septiembre los $ 1.176.800. Se suma a esta realidad, que incluye bienes y servicios con un costo cuatro veces superior a un salario mínimo, la urgencia creciente de llegar a pagar un alquiler. Tras la desregulación del mercado inmobiliario con el DNU 70/2023, el 65% de los inquilinos del país contrajo deudas y el 48% se atrasó en el pago de las mismas, esto pese a que ya destinan casi la mitad de su salario a cubrir tales necesidades habitacionales. Junto con el pago fijo de servicios y transporte público, el alquiler triplicó su peso en los gastos básicos de un hogar.
Esto ocurre en un escenario en el que las actividades que crecen (minería, agro e intermediación financiera) son las que menos empleo generan mientras que a los sectores que más trabajo crean (industria, comercio, construcción), son los que más cayeron. “Bajo este modelo, Argentina podría crecer sin generar nuevos puestos de trabajo, de los 7 sectores que crecieron, solo 3 están por encima de la media. De hecho, el desempleo creció y hay 113.000 trabajadores registrados menos que en noviembre de 2023” señaló un documento del Instituto Argentina Grande (IAG).
Alerta: 1 de cada 3 argentinos con deuda
El endeudamiento en Argentina ha dejado de ser una salida transitoria para convertirse en un problema estructural. La creciente utilización de crédito para satisfacer necesidades básicas como la alimentación, compra de medicamentos y pago del alquiler pone sobre la mesa un creciente empobrecimiento de los hogares, agravado por la actual coyuntura económica.
En este escenario, un informe puso cifras concretas a tal realidad: en nuestro país hay, al menos, 15 millones de personas endeudadas con banco o entidades financieras (según datos del Banco Central), esto representa el 32% de la población argentina.
“Un tercio de los argentinos les deben plata a los bancos, y la deuda promedio de las personas endeudadas es de $3,7 millones de pesos”, estimaron desde el IAG. Según los especialistas, la mediana se sitúa en el intervalo de entre $750.000 y $1.000.000; es decir que la mitad de las y los deudores adeudan este monto.
Un punto no menor tiene que ver con que para llegar realmente a saldar esa deuda sin tener que volver a endeudarse, cada uno de los deudores necesitaría alrededor de 3 salarios del sector privado registrado, el salario más alto de la economía. Sin embargo, de acuerdo con datos oficiales (EPH-INDEC) al segundo trimestre de este año, el ingreso promedio per cápita del total de la población alcanzó en el período los $537.024, mientras que la mediana fue de $392.000. Esto implica que la mitad de las personas tiene ingresos por debajo de ese número.
“Esta situación no resulta extraña, un cuarto de los argentinos declaró tener que endeudarse con entidades financieras o con amigos para llegar a fin de mes”, remarcaron desde el IAG. De este modo, el sobreendeudamiento erosiona los ingresos disponibles y da lugar a un círculo vicioso donde las familias terminan -por ejemplo- tomando créditos bancarios para refinanciar deudas de tarjetas de crédito. En otras palabras, se evidencia una cada vez mayor dependencia del crédito para sostener el consumo básico del hogar.
Mas allá de la deuda con entidades financieras si se pone la lupa en el conjunto de canales de endeudamiento -formales, pero también informales- el porcentaje escala: el 90% de la población argentina está endeudada y la mayoría mantiene múltiples compromisos financieros simultáneos, lo que refleja una mayor fragmentación y recurrencia del crédito como estrategia de subsistencia. El relevamiento realizado por el Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) arroja otro dato alarmante: casi tres de cada cuatro deudas activas se originaron en 2024, lo que coincide con la fuerte devaluación del peso (ocurrida en diciembre 2023), la alta inflación del primer cuatrimestre 2024 y la depresión salarial de ese año. Asimismo, la renovación y acumulación de deuda, incluso en 2025, demuestra la incapacidad de los hogares para saldar sus pasivos anteriores.
Entre otros canales de deuda se encuentran familiares y amigos, billeteras virtuales, deuda por impuestos, alquileres y expensas, y con prestamistas.
“La inflación y una notable caída del poder adquisitivo, han sido la causa de una crisis de ingresos que obliga a muchas familias a vivir en un estado de emergencia financiera permanente”, aseguraron desde el centro de estudios.
Jubilados, entre los más afectados
El deterioro de los ingresos reales, combinado con el aumento del costo de vida, erosionó notablemente el poder adquisitivo de gran parte de la sociedad, pero con mayor poder de daño en los sectores más vulnerables. Tal el caso de las y los jubilados, sobre todo quienes perciben el haber mínimo y sufrieron un duro golpe: perdieron 23% de su poder de compra contra noviembre 2023, esto equivale a una pérdida acumulada de casi 4.000.000 de pesos por jubilado.
Ante esta realidad, creció el endeudamiento que, por otro lado, termina afectando porciones significativas de esos ingresos, reduciendo el disponible y afectando la situación económica, aspecto que -de hecho- no es contemplado en el indicador de pobreza. Como resultado, un informe reciente mostró que el 17,1% de los adultos en edad jubilatoria sigue trabajando.
Puntualmente la extensión de la vida laboral activa afecta a la franja de 60 a 74 años, de acuerdo con el dosier estadístico que difundió el INDEC. El principal motivo tiene que ver con la necesidad económica de cubrir gastos de subsistencia. En concreto, casi 5 millones de jubilados dependen de un haber mínimo ($326.000 más un bono de $70.000 en septiembre) es decir apenas cubre el 25% de una canasta básica de la tercera edad ($1.5014.000, según la Defensoría de la Tercera Edad).
En definitiva, les resulta directamente imposible cubrir los gastos básicos de medicamentos ($402.800, 27% de la canasta), alimentos ($348.000, 23% del total), vivienda ($294.000, 19% del gasto), servicios ($123.000, 8% de participación), limpieza ($107.000) recreación ($96.000), transporte ($85.000) y vestimenta ($57.000).
FUENTE : EL DESTAPE