SOCIEDAD

En días podría asumir el cargo | Irene Cari con los papeles en orden

Las organizaciones sociales que componen el Observatorio de Violencia contra la Mujer, tienen su referente, quien fuera ternada a principios de diciembre para integrar el directorio de un organismo autárquico y autónomo, tal lo descripto por la ley que le dio vida a una institución necesaria en nuestra sociedad.

Pero como en todos lados se cuecen habas, el OVCM, no está exento de las internas que politizan una tarea altamente sensible y que desde un lugar de articulaciones interdisciplinarias, permitirían avanzar en problemas acuciantes y urgentes como: abuso, trata de personas y femicidios.
En esta internas político, partidarias; una facción del saliente gobierno provincial, quiere manejar la totalidad de las direcciones del organismo, por ello, se ha valido de un grupo de «feministas» coordinadas con el fin de perseguir a quienes no respondan a sus intereses; el primordial, hacerse de los cargos públicos.
Así es que en la terna seleccionada y cuestionada por las perdedoras, se encuentra la dirigenta social Irene Cari, quien con el mayor puntaje de la selección, fue propuesta para la dirección del mencionado observatorio; seguida por la Lic. Bisdorff cuya tarea en Las Bomberas, es asistir a las mujeres que desean acceder a un aborto. Así mismo, la prensa local ha descripto muy bien la tarea de la organización por la que presentó su currículum la psicóloga Bisdorff: «“las bomberas” de Socorro Rosa Salta, cuando suena el “teléfono rosa” están para escuchar, informar y acompañar a quien piensa interrumpir su embarazo con pastillas» En la entrevista personal, la propia profesional reconoció que su tarea está muy acotada a este trabajo y que por ello mismo, otras tareas sociales más amplias le resultaban desconocidas.


La tercera de las ternadas, una abogada especialista en derechos culturales, tuvo un gran curriculum y desempeño en la entrevista personal, pero en su joven experiencia, estaba limitada al trabajo con la cooperativa cultural que tiene por espacio comercial, la explotación de un local de espectáculos artísticos en cercanías del Paseo de Los Poetas.
Por ello, de las tres mujeres seleccionadas en orden de mérito, Irene Cari que no posee títulos de grados, pero sí especializaciones en temática vinculadas a la perspectiva de género, trabaja hace más de una década en el rescate de víctimas de abuso, trata de personas, violencias, entre otros hechos dolorosos de la realidad que nos afecta como sociedad. Resulta llamativo que la judicialización pretendida sobre la postulación de Cari, sea el eje de la persecución que hacen quienes se suponen están en los espacios feministas para lograr proteger a las víctimas de estos delitos que crecen de modo agigantado en Salta. Más sorprendente aún es que el cuestionamiento lo realizara una abogada de la matrícula, que se presentó como candidata al puesto del OVCM y que no fuera seleccionada porque su organización no acredita trabajo territorial y el único antecedente relacionado a la temática violencia de género que presentó fue una mala experiencia personal.
En esta campaña difamatoria en contra del trabajo social que realiza Irene Cari, se puede observar la discriminación sobre la mujer originaria, periférica y de extracción humilde, pues las reclamantes alegan que están mejores preparadas por haber obtenido títulos universitarios, con lo que dan como una herramienta de reclamo para sí, el nombramiento en cargos públicos. Ha pasado un mes desde la evaluación y selección de la terna; el OVCM no se ha expedido sobre cuál de las tres mujeres ocupará el cargo, ni sobre ninguna de las actuaciones que le fueron remitidas al respecto, ignorando su propia autarquía y autonomía, el Observatorio elevó al Ejecutivo Provincial para que se expida al respecto.

Consultada sobre los dichos de denuncias en su contra, fue categórica al decir «No Tengo» y nos adjunto la documentación respaldatoria.

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