El exjefe de Contrainteligencia de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Diego Dalmau Pereyra,, amplió declaración.
No recibí órdenes “que fuesen constitutivas per se de delito alguno”.
Exjefe de Contrainteligencia dijo que no recibió órdenes delictivas “per se”
El exjefe de Contrainteligencia de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Diego Dalmau Pereyra, afirmó hoy que durante su paso por la central de espías no recibió órdenes “que fuesen constitutivas per se de delito alguno”, al ampliar su declaración indagatoria en la causa en la que se investigan supuestas maniobras de espionaje ilegal desplegadas desde el Estado durante el gobierno de Mauricio Macri.
«Yo no recibí órdenes que fuesen constitutivas per se de delito alguno, es decir, que su sola mención evidenciase una ínsita ilegalidad; y, obviamente, jamás transmití una con semejantes características”, sostuvo el exespía en el breve descargo que presentó por escrito y en el que también señaló que no estaba dispuesto a responder preguntas.
Dalmau Pereyra llegó a la ampliación de su indagatoria acusado de haber participado de maniobras de inteligencia ilícita contra al menos nueve objetivos, entre ellos, la entonces senadora y actual vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, los sindicalistas Hugo y Pablo Moyano, y el extitular de la Cámara de Diputados Emilio Monzó.
Pese a que la mayoría de los espías afirmaron haber cumplido órdenes que creían que tenían sustento en causas judiciales, hasta el momento ninguno de los acusados pudo justificar con elementos contundentemente lícitos el seguimiento a medio centenar de personas, entre ellos, líderes religiosos, dirigentes políticos, gremiales y sociales y periodistas.
«Los términos, hasta el tono de las conclusiones que emergen del dictamen fiscal y del traslado de sus términos que ha hecho el juzgado, me convencen de que, cualquiera sea mi aporte en esta ocasión, no será tenido en cuenta, ni evaluado con la profundidad que ameritan la relevancia de las acusaciones efectuadas», afirmó.
«Entiendo que no es el momento para abundar en los descargos. Él, ciertamente, ha sido elegido por los fiscales y no por nuestra parte”, sostuvo el exespía para justificar su postura de no someterse a nuevas consultas de los fiscales Cecilia Incardna y Santiago Eyherabide ni del nuevo juez de la causa, Juan Pablo Augé, que reemplazó al desplazado Federico Villena.
En otro párrafo, el imputado sostuvo que «el tratamiento de la situación de cada ´víctima´, demuestra tanto de parte de la fiscalía cuanto del juzgado, un evidente y hasta entendible desconocimiento de las tareas y funciones del personal de la AFI».
Dalmau Pereyra trabajó vinculado a la Secretaria de Inteligencia (ahora AFI) desde 1999 y su nombramiento a cargo de la dirección de Contrainteligencia se concretó a raíz de que fue nombrada subdirectora de la central de espías la dirigente de Cambiemos Silvia Majdalani, quien lo conocía de la Escuela de inteligencia, según relató él mismo en su primera indagatoria.
En esta causa se investigan también supuestas maniobras espionaje carcelario que derivaron en allanamientos de inmuebles vinculados al Servicio Penitenciario Federal (SPF) y a sus exautoridades, aunque en ese legajo aún no se avanzó en declaraciones indagatorias.
En ese contexto, el exasesor de la dirección del SPF, Fernando Carra, solicitó hoy su sobreseimiento tras señalar que solo fue apuntado por un testigo de identidad reservada que lo acusó de acercarse a los detenidos para desarrollar un sistema de «ablande» para crear arrepentidos y sacarles información, algo que -sostuvo- no fue probado en el expediente a través de otros elementos o testimonios.
Para pedir su sobreseimiento, el abogado de Carra, Fernando Herrera, presentó un escrito de 24 páginas en el que recogió testimonios de exfuncionarios y empresarios que estuvieron detenidos en el penal de Ezezia, como Luis D’Elía o Roberto Baratta, que no confirmaron que el imputado hubiera cumplido ese rol.