El Ejercito de Liberación Nacional de Colombia justifica sus atentados
Un alto mando del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia afirmó hoy que la guerrilla «tiene derecho a responder» a los ataques de las fuerzas armadas, en un intento por justificar el atentado de esta semana en el que nueve militares murieron y otros nueve resultaron heridos en el norte de Colombia y que puso en jaque el diálogo de paz con el Gobierno de Gustavo Petro.
«El ELN tiene el derecho de responder los ataques que recibe, por cuanto aún no hemos pactado ningún cese del fuego bilateral. Si descalificamos las acciones que realiza el ELN, también habría que descalificar las que hacen las fuerzas gubernamentales», sostuvo Eliécer Herlinto Chamorro Acosta, alias Antonio García, en su cuenta de Twitter.
Según el líder guerrillero, el ELN ha recibido ataques desde enero sin que ningún funcionario o periodista señale dichos episodios como «atentados contra la paz».
En ese sentido, mencionó varias ofensivas, entre ellas una el 28 de enero en una zona rural de Buenaventura (Valle del Cauca), donde «murieron 12 compañeros, de los cuales siete fueron capturados y ejecutados en estado de indefensión».
La madrugada del miércoles, nueve soldados que custodiaban un oleoducto en el departamento de Norte de Santander murieron bajo el fuego de guerrilleros armados con explosivos y armas largas.
Es el atentado más mortífero contra la fuerza pública desde que Petro llegó al poder en agosto, y llevó al mandatario izquierdista a convocar a sus negociadores de paz a una reunión extraordinaria que está previsto se realice hoy en la residencia presidencial Casa Nariño.
El Ejército reveló que los militares asesinados custodiaban un oleoducto al momento del ataque y precisó que la mayoría de las víctimas eran jóvenes que prestaban el servicio militar obligatorio, según medios locales.
El ministro del Interior, Alfonso Prada, dijo durante una reunión en el Congreso que abandonar la mesa de negociaciones es una posibilidad aunque es «difícil» tomar esa decisión.
Con la llegada de Petro a Casa Nariño se impulsaron iniciativas para negociar con algunos de los grupos armados que operan en Colombia desde hace ya medio siglo. El primero en mostrar predisposición fue el ELN, última guerrilla en pie, junto con las disidencias de las extintas FARC.
Las negociaciones de paz empezaron en Caracas y siguieron en un segundo ciclo en Ciudad de México, sin llegar a un pacto de cese al fuego.
El tercer ciclo de las negociaciones está previsto en Cuba, en una fecha aún por definir.
