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Cruzada contra el “Nariguetazo” del Dip. Orozco que pretende diezmar funcionarios del poder político en Salta

Por el Dr. Bartolomé Basurto

El ciudadano de pensamiento peregrino y no avisado podrá pensar que el diputado Orozco está loco. Sin embargo, lejos de ser una maldición o una deshonra, ¿Qué es sino la locura la que mueve al mundo? Así, el pintoresco legislador pretende someter a los poderes del Estado a una rinoscopia que según sugiere él, podría causar más bajas que la peste negra, aunque se trate de ir contra la “blanca”.

En una Salta donde nunca pasa nada pero a la vez pasa de todo, donde el manejo del poder llega a tener expresiones propias de una feria de turco donde las instituciones se convierten en baratijas a la venta, de pronto alguno tiene un rapto de lucidez y pretende adecentar la política, lo cual le viene en causa ser tachado de estulto, o loco para el común. Así, el diputado Gustavo Orozco pretende iniciar una Cruzada contra el “nariguetazo” en Salta, lo cual podría diezmar los cuadros de funcionarios del poder político.

En efecto, el Orozco haciendo gala de su condición de sabueso entrenado, hábil en esto de oliscar psicotrópicos, reconoce haber detectado funcionarios en ejercicio de su cargo que se hallaban presentes de cuerpo pero no así de espíritu en sus oficinas, con sus mentes quizás ganadas por el consumo de algún hipnótico, razón por la cual algunos llegan a pensar que están gobernando mejor que Augusto en el Siglo de Oro del Imperio Romano.

La literatura enseña que los Cruzados iban de capa blanca, pero en este caso, Orozco, sin capa, ha decidido contra la “blanca”, anunciando el inicio de su guerra santa con la presentación de un proyecto por el cual todos los funcionarios –ha de entenderse desde el gobernador hasta el jefe de maestranza- deberán practicarse una rinoscopia semestral a fin de comprobar que los dichos y dichas mantienen antes que el político, el gobierno de sus neuronas.

Como son las cosas y como se dicen que son, el emprendimiento legislativo del Orozco sería literalmente un acto de incapacidad fisiológica mental, cercana a la insensatez. Sobre esto último, hemos de dilucidar con atención a fuer de no dejar al Orozco como un insano, cuando su proyecto es en realidad un destello de lucidez en una sociedad donde todo está al revés, pues si cierto es que “Vox Populi, Vox Dei” y el pueblo es la voz de Dios, en el imaginario colectivo está desde larga data instalado de que “arriba se dan el nariguetazo”, tanto como abajo. Luego, conducir cargos públicos bajo el efecto de alucinógenos –según Orozco dixit- sería lo normal y denunciarlo sería lo anormal. “Los inmorales nos igualao”, diría Discepolin.

Nadie piense que la avanzada del Orozco es solamente el proyecto de un alienado, pues ha de saberse que la alienación no sólo proviene de la alteración mental sino de la cordura que le da al sujeto una visión clara y prístina de la realidad, porque al final, como diría don Ramón de Campoamor: «En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira».

Ahora bien y tomándolos del refranero de Campoamor, pareciera ser que “arriba” piensan que “abajo”, nadie se da cuenta; sin embargo, uno de los principios de la Ley de Correspondencia Metafísica señala que “Como es arriba es abajo”, de donde el Orozco tiene razón cuando señala que la rinoscopia sería una acción de bien público pues “los funcionarios que tienen responsabilidades superiores deciden sobre la vida de los salteños”; luego, si “arriba” están “falopeados”, abajo van a pagar las consecuencias.

Pero el problema no sería determinar si un funcionario asiste a su lugar “de trabajo” en el Ejecutivo, Legislativo o Municipal, luego de un “nariguetazo” de blanca –o varios, porque esto del consumo es como con las vacunas, depende de las dosis-, sino que ese estado de “jijirijó” con el que firma decretos lo hace “ver” que gobierna un mundo ideal donde las calles son mesas de billar, el agua fluye como los manantiales del Olimpo y la electricidad es casi gratuita, que las escuelas de Finlandia son porquerizas al lado de los establecimientos de Salta y que los niños crecen sanos y fuertes como quería el General Juan Domingo Perón, por ejemplo…

¡El problema es cuántos y quiénes son los funcionarios que se entalcan la nariz!

Porque de prosperar el proyecto del Orozco y de constatarse un número importante y con gravedad de cargo, lo de este diputado sería literalmente un golpe de Estado.

Ya se escucha bramar al Orozco “¡sana mente in sana imperium!”, y allá va, cual Rodrigo Díaz de Vivar (el Cid Campeador), levantando su espada mientras clama el apoyo de sus pares para separar el trigo de la cizaña.

¿Logrará el Orozco su empeño de blanquear –vaya paradoja- la situación, o la Logia Blanca (que no es el Opus Dei) lo derribará del caballo al que se subió?

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