Salta. Los dadores voluntarios de gobernabilidad.
#QuedateEnTuCasa Dr. Juárez Campos, Corriente Belgraniana,
Opinión: Dr. Juárez Campos.
1.- Al final tenía razón el escritor Jorge Asís con esa emblemática aseveración.
Los peronistas que integramos la Corriente Belgraniana tenemos como uno de nuestros objetivos la formación de una coalición político-sindical o Frente Patriótico en la Provincia de Salta, y específicamente estamos alineados con el Proyecto Nacional y popular que conduce Alberto Fernández/Cristina Fernández de Kirchner y que fuera apoyado popularmente en las elecciones nacionales de Octubre/2019.
Como peronistas nuestro compromiso público es que nunca apoyaremos políticas que propongan desarmar el sector estatal de la economía y de la salud o que impulsen el despido de empleados públicos, entre muchos aspectos. Sin respeto por la voluntad popular no hay república ni revolución nacional.
Es prioritario reflexionar sobre el rol político y funcional a la consolidación de la Restauración Neoliberal durante la Alianza macrista/radical en el período 2015/19, que cumplieron los políticos y dirigentes sindicales “dadores voluntarios de gobernabilidad”.
El macrismo/radical pretendía la “normalización” del sistema de partidos en la Argentina y con ello el manso regreso de la estructura justicialista al lugar de la alternancia política bajo el “Pacto de Gobernabilidad Neoliberal”, cuyo primer y único punto era que los negocios del capital concentrado y la condición geopolítica argentina plenamente alineada a EEUU, estaban por sobre cualquier interés social, nacional, productivo o de justicia social.
En cumplimiento del mencionado pacto, durante la gestión de Mauricio Macri legisladores y sectores “peronistas” ratificaron la sumisión al oficialismo. Mientras juraban en los estudios de televisión su oposición a la política en curso, una vez en el recinto o lugar de actuación, lo abandonaban todo en el altar de la “gobernabilidad”. Asimismo estos dirigentes estaban extasiados con el relato del macrismo “de no volver al pasado” y mantuvieron un silencio cómplice cuando la pirotecnia mediática- judicial-gubernamental, olvidando peligrosamente las garantías del Estado de Derecho, articuló el espectáculo de la persecución contra funcionarios y políticos de gobiernos anteriores, aceptando que la corrupción era un fenómeno consustancial a un solo sector político.
Mientras tanto el ex – camarista penal José Massoni, autor de los libros: “Estado de la corrupción en la Argentina y en el mundo: 1990/2011” y “La justicia y sus secretos: una persistente pulsión colonial”, en una nota periodística refutaba esa zoncera, con un balance de la relación entre capitalismo financiarizado y corrupción que es incontestable. Afirmaba que las guaridas fiscales son la entraña misma de la corrupción fiscal y del delito financiero mundial, y la presencia de funcionarios macristas y empresarios cercanos al gobierno fue una constante en todas las revelaciones sobre el funcionamiento de esas mafias.
2.- Los sectores peronistas, junto con otros espacios variopintos, que apoyaron a la Alianza Neoliberal/Conservadora, rechazan el conflicto con los poderes fácticos y están convencidos de que la soberanía y la justicia social no pueden ser sostenidas si se quiere seguir formando parte del mundo. Prefieren una política “razonable” y “dócil”. ¿Qué significado tiene la condición peronista para estos sectores? Ninguno. El ex –senador Miguel Ángel Pichetto en un reportaje de setiembre/2017 describió- con una gran precisión- el rol que un sector de la “oposición” desempeño en la aprobación de leyes estratégicas para el gobierno de Macri. Afirmó que “…el peronismo y los gobernadores hicieron un aporte importante en las medidas económicas que el Gobierno impulsó. Todas las medidas han sido votadas…”, concluyó.
Es una inversión de la representación. Muchos dirigentes que fueron votados como oposición, luego actuaron como quienes apoyaban ideológicamente o por coincidencia política las leyes del macrismo. Por lo expuesto, también son responsables del conjunto de reformas estructurales neoliberales que el macrismo impulsó a posteriori de Diciembre/2015, acompañando sus iniciativas. En algunos dirigentes concretos, insisto, la “prosa institucionalista” significaba una interpretación pragmática de los nuevos deseos del Departamento de Estado(por ejemplo, votar junto al macrismo los Fondos Buitres, el endeudamiento externo, etc).
Un ejemplo de “político veleta” es el actual senador nacional Martín Lousteau, quien al regresar de EEUU, luego de haber sido embajador en ese país en representación de Cambiemos, armó una lista opositora a nivel de la Ciudad de Buenos Aires, pero oficialista macrista a nivel nacional. Peronistas similares a Lousteau existen por doquier. Ello configura, sin dudarlo, una anomalía “republicana”: una inversión del sentido del voto.
Los votantes que eligen oposición, deberían contar en los Parlamentos y otros cuerpos deliberativos, con representantes opositores. No al revés: que voten opositores y que luego actúen como oficialistas.
3.- Como corolario: todos los autodenominados “peronistas” que actuaron como “dadores voluntarios de gobernabilidad” finalmente, como dicen en el barrio, al pasarse de la raya perdieron los límites y olvidaron los orígenes históricos , emancipatorios y revolucionarios, del Movimiento Peronista.
Asimismo en teoría, siempre hay una dimensión ética que permite dividir las prácticas que tienden al bien común de las que no lo hacen. Pero debería estar claro que no es lo mismo luchar por la libertad que asegurar la opresión, ni pretender la igualdad que combatirla. Los sentidos de pertenencia, de identidad, que nos permitieron en las últimas décadas comprender e interpretar los sucesos, hoy están en crisis. Las brújulas parecen girar enloquecidas.
Deberían saber estos “compañeros” que el neoliberalismo no es sólo un modelo económico, no describe simplemente una subdivisión del liberalismo, es una CULTURA que aprueba directa o indirectamente las consecuencias producidas por las transferencias de riqueza de los más empobrecidos hacia los más enriquecidos de la pirámide social.
Quizás por puro pragmatismo o por aprietes presupuestarios, o por simple intercambiabilidad política o por lo que fuere, los “peronistas” “dadores voluntarios de gobernabilidad” desoyeron el mandato electoral y, en los hechos, mientras abjuraban de su aún fresco pasado kirchnerista, se convirtieron en la pata peronista del modelo Cambiemos y le facilitaron el poder gobernar sin forzados decretos de necesidad y urgencia. La defección peronista los rescato de esa posición poco republicana. Se olvidaron esos dirigentes, que los peronistas deben ser los “Gerentes del Bien Común”, como sostuviera Arturo Sampay.
A nivel nacional y provincial, el devenir político postpandemia agitará las aguas del peronismo. Las mesas de arena del peronismo no se desarrollan en el vacío político y siempre están envueltas en determinados climas sociales. Lo que pasará en la sociedad en su conjunto deberá ser muy tenido en cuenta por los decisores políticos: no sería la primera vez que los cálculos del consenso y la concordia entre los partidos y sus representantes, es arrasada por el huracán de la crisis.
Finalmente, la función de los políticos y esencialmente los peronistas, sobretodo en los países dependientes, hoy llamados emergentes y ayer periféricos, es la de INVENTAR EL FUTURO, pues ellos están obligados, como decía Goethe a “…ver en el presente las sombras de los acontecimientos futuros….”.-
…el Arkegueta….
CORRIENTE BELGRANIANA- Salta, 27 de Mayo de 2020.