CECILIA

MI MAMÁ ME AMA

Nunca mejor dicha la frase: UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS.

Basta con mirar en detalle sus gestos, su mirada, su postura y la fuerza de su pedido de JUSTICIA, para darnos cuenta que amar hasta el hueso, y dar incluso la vida misma por un hijo es real. El amor de mamá es el combustible capaz de movilizar a un planeta entero, capaz de lograr imposibles… sobre todo cuando de INJUSTICIAS se trata.

Cecilia es una mamá, como vos, como tu mamá, como tu abuela, capaz de sentir que el corazón se le desborda del cariño y el amor que le tiene a esas personitas que crecieron en su vientre y que una vez fuera, entendió, que además de guiarlos debía permitir sus propias elecciones y equivocaciones. Permitirles volar… como en algún momento lo hizo ella misma.

Pero a veces la vida, o las personas que se cruzan en los caminos de la vida, lastiman, destrozan, rompen, y te llevan a situaciones inimaginables, como lo que está viviendo Cecilia, y toda su familia.

Cecilia es mamá de tres, y tiene una mamá tan poderosa como ella, que a pesar de lo blanco de su cabellera y su caminar pausado, la acompaña, la sostiene, la escucha y la abraza; y no tengo la menor duda de que llora a escondidas para no preocupar más de la cuenta a su hija.

Pero hoy decidí dejar la protesta de la pésima labor de querellantes y fiscales, para resaltar la importancia de la familia, de la unión y de las emociones.

El caso de Franco Wilde fue lo que me hizo cambiar muchas actitudes frente a la vida, pero principalmente me hizo ver lo importante que es cada integrante de la familia y porsupuesto la importancia del amor de una madre en ese grupo familiar.

Ése amor capaz de construir personas hechas y derechas, de moldear personalidades, alimentar autoestimas, nutrir seguridades y fogonear pasiones.

Hoy a Cecilia le toca pasar por noches tristes porque uno de sus pollitos no está en su nido, y no precisamente por dejarlo volar, sino por ceguera judicial. Con cansancio, con desvelo, con angustias, con dolor, Cecilia dejó de luchar contra berrinches ocasionales de sus hijos y de golpe tuvo que comenzar a luchar contra un sistema judicial que le arrancó de los brazos a su niño.

Cecilia sabe que su lucha va a ser muy dura, que va a costar mucho, pero ella sabe que como mamá su hijo la está mirando y que para él, ella es su mundo, su hogar, su lugar seguro, y por eso es incapaz de bajar los brazos, asi que no traten de callarla, o de hacerla a un lado, porque lo único que conseguirán si la hacen retroceder, es que tome envión para saltar más alto!!!!

Por todas las mamás que somos CECILIA, que se escuche fuerte el grito de JUSTICIA!!!!!