Caso Wilde – Cuando la verdad no importa

¡VALE TODO!

Cuantas veces leíste noticias judiciales y dijiste: – si la Justicia lo dice debe ser así; cuántas veces dijiste: – esto a mí no me va a pasar; cuántas veces dejaste de ir a marchas, no participaste de reclamos y te quedaste en casa renegando por lo que otros sí se hacen escuchar a través de marchas y reclamos.

A veces somos muy ingenuos en creer que otros harán las cosas por nosotros, a nivel familiar, político, judicial y hasta personal. U opinamos de casos sin haber escuchado ambas partes, sin haber leído un expediente, sin saber de las pericias psicológicas. Nos dejamos llevar por lo que dice la prensa sin interiorizarnos realmente y decimos cosas que no sabemos lo que pueden provocar en los actores reales. Y es por eso que me enojé conmigo misma y decidí ser partícipe. Quiero ser parte del cambio, quiero ayudar a que seamos mejores. No quiero ser actriz de segunda, quiero que mi papel en ésta vida valga la pena.

A veces pareciera que el hecho de repetir mentiras tras mentiras y hablar desde la subjetividad hace que te crean (hablando de la querella del caso Wilde), y pareciera que a nadie le importa resguardar a dos jóvenes que se encuentran en un banquillo señalados continuamente por gente desconocida, jóvenes que no tienen la experiencia ni la fuerza de defenderse como un adulto, dejando ver la falta de control de una familia, al permitir que una menor de 17 años asista a una fiesta que era para mayores de 18, y de las instituciones que deben controlar esto.

Pericias psicológicas y médicas dejadas de lado, porque definitivamente no importó la pericia psicológica de ella donde indica que valora más de lo normal el “qué dirán”; o la pericia psicológica de él en dónde señalan que los resultados de la pericia son “habituales para el período psicoevolutivo que transita, y que la imagen femenina para Franco, se encuentra ubicada entre el ideal femenino y la figura materna”. Pruebas básicas, como el pantalón del acusado, que desapareció, por lo tanto no existe en las pericias!!! Un pantalón en dónde se podrían haber encontrado rastros genéticos de ella al desprenderlo.

Para quienes hablan de que no hay objetividad en lo que escribo por ser cercana a la familia de Franco Wilde, les cuento que sería faltar a la verdad, como feminista, si dijera que desde el día 1 de lo acontecido me puse la camiseta, al principio preferí no meterme, mirar de lejos y tocar de oído… pero a medida que fueron pasando los días, los meses y los años, comencé a interiorizarme con las declaraciones presentadas por ambas partes, y realmente es imposible no querer salir a gritar a los cuatro vientos que se está cometiendo una injusticia. Una querella que miente y una fiscalía indiferente.

No puedo dejar de pensar en ésta familia totalmente destrozada y aun así rezando por ambos jóvenes, creyendo en la justicia, y sosteniendo que la fe es capaz de mover montañas y que la joven iba a decir la verdad en algún momento … pero lamentablemente no fue así… ni siquiera, casi, la dejaron hablar (la querella y fiscalía). Seguramente para que no se siga contradiciendo. Una familia que prefirió guardar silencio los dos primeros años que su hijo estuvo preso, creyendo en la justicia, tratando de resguardar la intimidad de ambos jóvenes, aun cuando la prensa defenestró al joven sin saber si era verdad o no de lo que se lo acusaba.

Una familia que se siente abatida y asqueada al leer los argumentos presentados que no condicen con el expediente del caso durante el juicio.

Se sienten tontos, se sienten ingenuos de creer que la verdad saldría a la luz, pero por el contrario se tergiversó la verdad, no permitieron que el abogado de Franco le hiciera las preguntas correspondientes a la joven, dejaron de lado la declaración del padre que decía que su hija nunca más se acercó a un hombre después del evento con Franco, cuando el novio a finales del mismo año se sentó en la mesa familiar; dejan de lado los problemas psicológicos de la joven desde mucho antes de lo que supuestamente sucedió con Franco, y ahora se los pretenden atribuir a él. Los mensajes de la tía en donde indica que todo es mentira, que su hermano (padre de la denunciante) manipula todo. ¿Cómo es posible que la fiscalía solicite expresamente no realizarle el análisis de orina a Franco, y sí a ella. Una pericia ocular de donde ocurrieron los hechos sin fotografías de donde ambos jóvenes iniciaron su encuentro. Mensajes de wathsapp a los que le restan importancia.

Lindo trío fiscalía, abogado y cliente.

¿Se pueden omitir tantas cosas?

¿Es posible realizar una cámara Gesell con celular en mano?, si las declaraciones que realizó la joven son distintas, ¿a cuál se le debe creer?

Si los médicos que la revisaron declararon que no hubo ningún signo de violencia en su cuerpo (la revisación fue a dos horas de la denuncia del 01/01), pero se le cree a una testigo que la vio dos días después del acontecimiento.

Hay que ponerse en los zapatos del otro, y trato de ponerme en los zapatos de esa mamá que se enteró por teléfono que su hija había sido casi violada. ¿Qué hubiese hecho yo en esa situación? Saldría a defender a mi hija a capa y espada, ¿pero qué hubiese hecho yo si los estudios del CIF no encontraban violencia en su cuerpo?, ¿si una médica opina que mi hija se encuentra presionada por su papá? ¿Sería capaz de cargar en mi conciencia ver preso a un inocente?

Y si me pongo en los zapatos de la mamá que tiene a su hijo preso, y que hoy por hoy, sólo guarda silencio, observa a todos a su alrededor y solo piensa en volver a ver a su hijo, sólo se la escucha gritar JUSTICIA en las marchas de los miércoles, sosteniendo en alto una fotografía de su hijo ¿Qué haría yo en esa situación? Se me cruzan muchas cosas por la cabeza, y lo único real es no permitir acallar las injusticias.

FRANCO, te esperamos en casa…

Y nadie bajará los brazos hasta que estés de vuelta.